La navidad es una fiesta pagana tomada por el catolicismo.

(Grupo escultórico "Las saturnalias" situado en el jardín botánico de Buenos Aires a comienzos del siglo XX, del escultor Biondi)

Es con el Papa católico Julio I (siglo IV) que se instaura la celebración de la Navidad (coinciden las fechas con la época del congreso de Nicea donde se instaura y crea la religión católica, apostólica y romana) y se plantea la fecha del 25 de Diciembre como la del nacimiento, según algunas voces incluso de los propios teólogos católicos, era imposible siguiendo el tenor del relato bíblico que Jesucristo naciera la noche del 24 de Diciembre porque se narra que los pastores acudieron bajando de las montañas de Judea y hay perfecta constancia histórica de que el pastoreo terminaba en Octubre por las fuertes heladas que acontecían en Diciembre.
Una vez más el catolicismo adecua y adapta sus celebraciones a los ritos paganos existentes como las célebres fiestas romanas de las saturnalias o saturnales y que coinciden perfectamente con estas fechas:
“Las primeras se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas, por el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno). Probablemente las Saturnales fueran las fiestas de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano.2
Eran siete días de bulliciosas diversiones, banquetes e intercambio de regalos. Las fiestas comenzaban con un sacrificio en el templo de Saturno (en principio el dios más importante para los romanos hasta Júpiter), al pie de la colina del Capitolio, la zona más sagrada de Roma, seguido de un banquete público al que estaba invitado todo el mundo. Los romanos asociaban a Saturno, dios agrícola protector de sembrados y garante de cosechas con el dios prehelénico Crono, que estuvo en activo durante la mítica edad de oro de la tierra, cuando los hombres vivían felices, sin separaciones sociales. Durante las Saturnales, los esclavos eran frecuentemente liberados de sus obligaciones y sus papeles, en algunos casos, cambiados con los de sus dueños.
Posteriormente, el nacimiento del Sol y su nuevo período de luz fueron sustituidos por la Iglesia, quien hizo coincidir en esas fechas el nacimiento de Jesús de Nazaret con el objetivo de acabar con las antiguas celebraciones. Gradualmente las costumbres paganas pasaron al Día de Año Nuevo, siendo asimiladas finalmente por la fiesta cristiana que hoy en día se conoce universalmente como el Día de Navidad” (fuente wikipedia).
Pero observamos muchos más elementos adaptados por el catolicismo a lo que hoy conocemos como Navidad, que cronológicamente en absoluto coincide con la natividad de Jesucristo, del que exactamente se desconoce la fecha de su nacimiento pero sí se puede ubicar en el mes de Octubre si seguimos el relato bíblico.
El árbol de navidad, “San Nicolás” o el actual Papa Noel (a la que dedicaremos más adelante un estudio más extenso) y la figura que hasta hoy pasó desapercibida de “San José” o el padre de Jesús, estos son ritos paganos que se mezclan y entrelazan confusamente con tradiciones claras y meridianas del mundo celta, especialmente porque un tradición muy antigua y anterior a la natividad habla de un sentido mágico de estas fechas en las que a veces se suele aparecer un desconocido anciano que pide posada y asilo. Por no mencionar la virginidad de la madre que procede de las muy anteriores y antiguas sacerdotisas de Isis, un concepto extraño para el mundo actual pero que formaba parte de la sabiduría del mundo antiguo de la magia, vírgenes que resultaban madres y el de la madre de Jesús no era el único caso, sí que como algo insólito y mágico lo adapta el catolicismo a sus relatos una vez más.

¿Les suena de algo en el relato bíblico?

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