La ley es el Amor.


Cuando Wicca conceptúa que La Ley es el Amor en realidad se está refiriendo a un término más complejo de lo que a simple vista pudiera parecer. Al amor le pasa como a Siberia todo el mundo sabe donde está, todo el mundo alguna vez oyó hablar de ella pero pocos se atrevieron a conocerla. La sabiduría del Tarot en su Arcano VI distingue, no es el “Amor” en contra de lo que muchos entienden, se refiere a “Los enamorados” concepto muy distinto, en realidad el amor está presente en muchos otros arcanos. El arcano VI en francés y en el primitivo mazo de Marsella, que presumiblemente es anterior al español, expresa “Los amantes”. ¿Acaso el amor no está presente en el dos de copas por ejemplo?. Tradicionalmente y viciado por el empeño irracional de simplificar algo que se presta a pocos conceptos resumidos se vino leyendo Tarot asociando el arcano VI al amor, a las buenas noticias y al éxito (vicio notable de elevar el Tarot a binomios morales, el bien y el mal, el éxito o el fracaso) y donde parecía no demasiado complejo de leer el legado más viejo de la humanidad, el arcano VI sería el éxito y el arcano XVI o La Torre el fracaso. Pero si el mundo del Tarot y su sabiduría quisiera exponerlo todo en binomios o valores dobles y sus contrarios no habría desarrollado 78 arcanos y sus conceptos complejos, le bastaban la mitad de arcanos blancos y la mitad negros. De este modo un uso poco exigente y muy miope de uno de los más herméticos legados como es Tarot, anunciaba en el arcano VI el Amor, matrimonio, pareja de destino, y esa manía snob de hacer de la vida una canción para adolescentes del tipo “Du dua, du dua, te quiero a ti y tu a mí, te quiero Barni, etc etc” y en el dos de copas un ligue, un encuentro furtivo y fugaz sin más pretensiones. Es como si los ideogramas que componen cada arcano fueran despreciados cuando a fuerza de ser evidentes gritan sus contenidos, magistralmente el mazo de Tarot de Pamela Coleman (más popularmente conocido como Rider) plantea como uno de sus elementos el caduceo de Hermes y la serpiente, Kundalini, también la sabiduría ¿estos elementos corresponden a un ligue pasajero?. Dice Francesco Alberoni que la amistad tiene ética y que el amor no tiene ética ninguna, Alberoni distingue dos conceptos claros, el enamoramiento, estar enamorándose y el amor y recuerdo que Francesco Alberoni, sociólogo italiano, está considerado internacionalmente en la actualidad una autoridad académica capaz de contradecir a Freud. Y es que hay mucha diferencia entre el Amor y los enamorados, el amor como concepto complejo, como fuerza creadora de todo lo que conocemos, escapa a las definiciones simples si no queremos parecer la carpeta escolar de un adolescente “Amar es mirar juntos en la misma dirección” (entonces los turistas que miran juntos un paisaje deben estar enamorados) y como cualquier otro concepto complejo se prestaría más a las definiciones negativas o los conceptos Zen, que no es el amor. Amor no es una calentura, amor no es un capricho, amor no es una obsesión, amor no es una tortura, etc, etc. Esto no escapó al maestro Neruda, perfecto enamorado y conocedor de oriente (baste ver sus Haykus o poemas orientales) que como anécdota graciosa un error de imprenta diez años después trastocó sus sentidos y nos mostró como de complicado es el Zen. Neruda dice “Amada mía para que nada nos separe que no nos una la nada” y algunas ediciones copia de un gazapo de imprenta recogen “Amada mía para que nada nos separe que no nos una nada”. La diferencia es obvia, tan obvia como confundir que la sabiduría Zen en su precepto de “No acción” no significa “No hacer nada”. Quizás, solo quizás todos conozcamos un concepto de amor mercantil, es decir, si tu me amas yo estoy dispuesto a amarte, pero si no me amas bien mirado no tienes belleza alguna e incluso mereces mis ofensas, en estos vicios cayó el mismísimo Nietzsche que despechado y víctima de un soberbio ataque de calabazas reprochaba a su musa “Usted carece del talento necesario, su inteligencia es hueca y vacía”. A lo que su paciente musa replicó “Yo estoy muy interesada en usted como intelectual, como talento, no como hombre, aunque esta humilde servidora no goce de su admiración yo en cambio seguiré leyendo y admirando su obra, porque es grande”. Con lo que sentó y dio una clase magistral al célebre autor de los designios de Zaratrusta. Eso es amor y rara vez lo conocemos y aprendemos que Nietzsche fue muy torpe ¡aunque quien lo diría!. Quien así hablaba fue la poetisa Lou Andreas Salomé quien impresionó a gente como el poeta Rilke, Freud y el mentado Nietzsche, una mujer de una talla personal e intelectual enorme que solo el patriarcado ha mantenido oculta todos estos años en la forma de quien pareciera decir “¿Cómo se atreve a darles lecciones a estos tótem patriarcales?” Dice Osho en uno de sus aforismos (hablo de “el monje” en presente porque como el mismo dijo solo después de su muerte su legado cobraría sentido) “Si admiras una flor en su belleza no la cortes, porque solo admirarás ahora su muerte”. Tarot no solo dedica el arcano VI a las relaciones entre las personas, si observamos su ideograma, tanto en Marsella como en el mentado Rider, se exponen magistralmente sus conceptos. Por lo pronto dedica catorce arcanos como lenguaje ideográfico para exponer las relaciones entre las personas de forma directa e indirecta todos los demás. Pero estos conceptos escapan a las entrañables viejas de mi infancia que leían Tarot y ante el arcano VI anunciaban “El amor de tu vida, pareja de destino” (olvidando por ejemplo que por destino y/o también el Karma nos podía caer un maltratador) e incluso anunciaban matrimonios “Este se casa” y a cambio en el dos de copas “Solo un rollete esporádico, es un ligue pasajero, no te ama” y a saber cuantos grandes amores se pueden haber roto por estas viejas que conceptuaban el amor como conceptos infantiles. Casualmente eran las mismas viejas que ante la presencia del arcano XIII o la muerte anunciaban muertes.
Aunque parezca todo lo contrario Marsella y Rider de fondo en el arcano VI guardan muchas similitudes, conceptuar Cupido en Marsella como una novela rosa es no conocer el mundo de los Querubines, Serafines, etc.
 Rara vez vamos a poder conceptuar el amor aunque sí los enamorados, sí la complejidad de las relaciones entre las personas, y de esto Tarot da lecciones magistrales que apenas algunos conceptos se empiezan a vislumbrar en el siglo XXI por gente como el mentado Alberoni. Entonces cuando Wicca preceptua la ley como el amor, me temo y sospecho que rara vez sabremos de lo que está hablando. ¿Preceptua la obsesión, preceptua la falta de ética, preceptua la adolescencia perpetua, preceptua emociones mercantiles, preceptua el ego? No, solo preceptua el amor, nada más y nada menos que el amor. Entenderlo es situarnos más cerca del origen del Cosmos, y tal como reza el Tao Te King entender el misterio nos coloca en la puerta de toda maravilla.
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