Los misteriosos nativos de Hawai, herederos de españoles.


Un aspecto poco o nada conocido y que parece ser tabú incluso en el siglo XXI es la huella española de los primitivos colonos de los siglos XVI al XVIII y su mestizaje. De este modo podemos encontrar y de manera obvia este mestizaje al norte de Río Bravo en la conocida etnia Apache que paradójicamente fue declarada extinguida por el gobierno mexicano apenas a comienzos del siglo XX, decisión más política que real, porque no olvidemos que muchos de estos pueblos como los Yaqui del sur de Estados Unidos apoyaron a Pancho Villa durante la revolución mexicana. Este mestizaje se extendió allí donde alcanzaron los antiguos españoles (al norte del Estado de Utah y casi en el Canada) y en distintas etnias de norte a sur, este a oeste, Crow, Paw Paw, Seminola, Cheroque y por supuesto y más conocida la etnia Apache.
Cuando el capitán Cook creyó haber descubierto Hawai en 18 de Enero de 1778 se llevó la decepcionante sorpresa de que los españoles habían estado antes y no de forma anecdótica, no solo construcciones sino que en el colmo de los colmos algunos nativos hablaban español, una huella que de forma esforzada y documentada el mundo político de habla inglesa se ha encargado con los años de borrar de toda Oceanía.
La expedición española de Ruy López de Villalobos en forma de crónica relatada alcanzó Hawai y otras islas de la Polinesia dos siglos antes de Cook en 1555. ​ Existen mapas españoles de la época que muestran unas islas en la latitud de Hawái, pero en una longitud 10 grados más al este. En el manuscrito, la Isla de Maui aparece como «La Desgraciada», y la Isla de Hawái aparece como «La Mesa». Otras islas, muy parecidas a Kahoʻolawe, Lānaʻi, y Molokaʻi aparecen con el nombre de «Los Monjes».
La presencia hispana a fines del siglo XVIII está suficientemente acreditada: por ejemplo Francisco de Paula y Marín vivió en Hawái desde 1793 hasta su muerte en 1837 y sin ser médico, ejercía como una suerte de médico de la aristocracia hawáiana con la que se emparentó, por esto la dinastía de los Kamehameha podía declarar que tenía linajes hispanos. En efecto, F. de Paula y Marín dejó además algunas palabras españolas en el idioma local que aún se pueden escuchar allí.
Se relata en el diario de a bordo de Cook dos siglos más tarde su descubrimiento y como es recibido como un dios por los nativos solo que extraña y contradictoriamente muere a manos de los mismos nativos un año después como resultado de una serie de medidas y castigos disciplinarios muy "british" hacia los nativos. No es algo nuevo, los españoles estuvieron en todo el territorio que hoy conocemos como Estados Unidos y sus problemas con los nativos fueron excepcionales y no la norma común. Sin embargo bajo las colonias del resto de europeos (británicos, holandeses, alemanes, etc) ya conocemos todos las famosas guerras con los llamados "pieles rojas" ¿que pasó para que en dos siglos no existan estas quejas y problemas de los colonos españoles y apenas con la llegada del resto sí?. Pues solo la fórmula del mestizaje por la que apostaron los colonos españoles, mezclarse con la población nativa y no imponerse, huella que los conceptos políticos de habla inglesa en el siglo XX comenzaron a borrar. Les baste de anécdota que cuando yo vivía en Dallas Texas y funcionaba el sistema de alquiler o renta de DVD online en la conocida cadena Blockbuster no pude alquilar o rentar "1992 La conquista del paraiso" (Ridley Scott) por una censura que rezaba "Publicidad institucional española".
Esta locura alcanza al mundo de la genética porque analizados en un estudio complejo el ADN de los habitantes de la polinesia, Hawai incluido, arrojó extrañamente abundante presencia genética española y andaluza en concreto que rápidamente se explicó en la migración de jornaleros andaluces a comienzos del siglo XX. Pero la huella queda.......... en los hombres y mujeres de la polinesia ¿creen ustedes que en dos siglos de presencia española en las islas de la Polinesia y Oceanía no existió el mestizaje y que no hay herederos de españoles?. Pues sería la excepción universal, pero desde luego de los censores y quienes pusieron todo su esfuerzo y empeño en destruir cualquier vestigio colonial o cultural español no vamos a encontrar demasiadas pruebas.
© Radio Brujas.


El sexo en el antiguo Egipto.


La sabiduría de los antiguos egipcios es mítica sin embargo no debemos sobrevalorarla porque como todas las genialidades también a veces comete torpezas, Picasso era un pintor genial pero esto no significa que todo lo que hiciera lo fuera, Picasso cometía cada churro impresionante que hasta él mismo ruborizaba con los años.
De este modo los antiguos egipcios creían también en la menstruación masculina, no en un concepto descubierto recientemente de épocas más o menos intensas en los hombres de producción de esperma sino en que los hombres también menstruaban al sangrar por la orina en muchas ocasiones. Y era cierto porque muchos egipcios en la época ocasionalmente sangraban por la orina pero esto era debido a una bacteria que se instalaba en los riñones procedente del estiercol de cocodrilo, famosísimo anticonceptivo de la época.
Las mujeres egipcias al igual que hoy portan muchas preservativos o condones solían llevar siempre consigo una discreta bolsa con estiércol de cocodrilo. El sexo en el antiguo egipto no tenía la consideración actual y muchas de sus prácticas hoy consideradas poco menos que perversas escandalizaron al propio Champolión. ¿Alguien puede concebir un investigador serio escandalizado?. Esto solo nos indica el grado de contaminación que padece la historia como ciencia a la hora de polarizar y subjetivizar los hallazgos. Pero el sexo en el antiguo Egipto tenía dimensiones y consideraciones sagradas incomprensibles para nosotros, y donde en la mayoría de los casos tergiversamos y mal interpretamos una cultura lejana y ajena.
El historiador y geógrafo griego Herodoto (VI ac) narra las orgías que ocurrían con ocasión de las celebraciones para la diosa felina Sejmet Bastet en la ciudad de Bubastis, lugar de peregrinación
“Las barcas, llenas de hombres y mujeres, flotaron cauce abajo por el Nilo: Los hombres tocaban flautas de loto, las mujeres címbalos y los panderos, y quien no tenía ningún instrumento acompañaba la música con palmas y danzas. Bebían mucho y tenían relaciones sexuales. Esto era sí mientras estaban en el río; cuando llegaban a una ciudad los peregrinos desembarcaban y las mujeres cantaban, imitando a las de esa ciudad: Cuando alcanzaron Bubastis celebraron un solemne banquete; se bebió más vino en esos días que en todo el resto del año. Tal era la costumbre de este festival; y se cuenta que casi setecientos mil peregrinos celebraban el banquete de Bastet”.
"Este festival era conocido como el 'Festival de la Embriaguez' un festival relacionado con la temible diosa Sejmet, diosa de la guerra y la venganza, representada con una cabeza de leona, ya que para conmemorar la salvación de la humanidad se celebraban en su honor esta festividad, caracterizada por el consumo masivo de alcohol, la música estruendosa y el sexo orgiástico.
El consumo excesivo de alcohol estaba justificado ya que gracias a la cerveza la humanidad se salvó de ser destruida... El mito de Sejmet cuenta que esta diosa leona fue enviada a la tierra a devorar a los hombres, aunque los dioses arrepentidos de este acto y sintiendo compasión por la humanidad mandaron que se detuviese, pero el ansia devoradora de esta terrible deidad era imposible de detener.

Por lo que urdieron un plan para engañarla, para ello, tiñeron la cerveza de color rojo como si fuera sangre, Sekhmet al beberla se emborrachó quedando su espíritu apaciguado, convirtiéndose en la hermosa y mimosa gatita Bastet, de tal manera que la humanidad pudo seguir viviendo tranquila y esta diosa convertida en Bastet se convirtió desde entonces en la protectora de los humanos y de sus hogares, protegiéndoles de enfermedades, plagas, males de ojo…

La pervivencia de este festival se habría mantenido hasta muchos siglos después, ya que los profesores Richard Jasnow y Mark Smith publicaron en la revista Enchoria un artículo sobre un papiro demótico que trata sobre el festival y las críticas al mismo por alguno de los sectores más conservadores de la sociedad egipcia.

Por lo que todo parece indicar que esta festival no se restringía a los templos, sino que se celebraba en todos los hogares y santuarios de Egipto, al menos una vez al año. Participando en ellos todos los miembros de la sociedad egipcia, desde las más altas élites hasta los miembros más modestos de la sociedad.

Las características de este festival era beber alcohol hasta perder el conocimiento, todo ello en un ambiente festivo y erótico, ya que un himno inscrito en un templo asociado a Hathor nos habla de la presencia de mujeres jóvenes, vestidas con guirnaldas de flores en el pelo, que eran las encargadas de servir el alcohol. Posteriormente empezaría un gran procesión de tambores, detrás de la cual los sacerdotes portarían alguna escultura de la diosa Hathor para que los oferentes expresasen sus peticiones a la diosa.


Mujeres sirviendo cerveza.
Otros testimonios que nos hablarían del carácter orgiástico de este festival es una inscripción grabada en una olla, utilizada seguramente durante el transcurso de este festival, donde se puede leer: "Déjales beber y déjales tener sexo delante del dios".

También hay numerosos testimonios escritos que nos relatan las vivencias en primera persona de personajes que participaron en dicho festival, así un texto datado en el 900 a.C. dice: "Recuerdo visitar a los antepasados, y cuando fui, fui ungido con perfume como una amante de la embriaguez, viajando hasta los pantanos" Esta última expresión sería un eufemismo para referirse a tener relaciones sexuales, ya que los pantanos son lugares húmedos (como la mujer) y donde brota la vida. Otro testimonio pertenece a un sacerdote que reconoce haber sido concebido por sus padres durante la celebración de este festival.

Con todo ello,  aunque parece claro que estas fiestas eran enormemente populares y que se celebraban por todo lo alto, en lo referido al sexo en grupo la mayor parte de investigadores son muy cautelosos. Aunque se acepta que en los templos sí que pudo haber rituales propiciatorios de fertilidad donde se diesen escenas de sexo en grupo, parece demasiado aventuroso afirmar que estas orgías se extendiesen entre pueblo llano, donde los vecinos se entregasen unos con otros al sexo desenfrenado. Más probable es que estas fiestas se asemejasen a nuestras navidades, donde se reunía familia y amigos en un ambiente festivo, y donde seguramente las famosas Casas de la Cerveza (prostíbulos) estuviesen repletas de clientes dispuestos a dar rienda suelta a sus placeres".
Asegura en su blog Historsex quien aporta profusa y docta bibliografía.
Pero no eran las únicas orgías famosas del antiguo Egipto, además existían las celebraciones de las diosas Hathor y Hequet,  y las deidades Atum, Min, Bastis, Sacmis, Hathor. Se conocen distintas plantas y semillas usadas como afrodisíacos, espermicidas, etc De ellas especialmente famosas fueron las que podíamos llamar fiestas de la cerveza, los antiguos egipcios fueron los descubridores de la cerveza, fórmula original que gracias a un arqueólogo británico en la actualidad se conserva y fabrica, siendo una de las cervezas más caras del mercado (no demasiado recomendable si quieren tirar 100$ y comparan con una actual y magistral cerveza Voll Damm). Estas celebraciones ocurrían también en la ciudad de los perros Hadai que según crónicas de la época vivían casi el millón de perros, y donde durante una semana corría la cerveza abundantemente y toda la ciudad era una completa orgía a imitación de las prácticas sexuales caninas, todos con todos.
Pero lo cierto es que tal como recogen egiptólogos reconocidos como la doctora Charlotte Booth, autora de 'Las voces perdidas del Nilo', es que sus costumbres dificilmente se podrían explicar en el contexto actual sin escandalizar como seguro que escandalizarán en el futuro las prácticas represivas habituales modernas, para los antiguos egipcios el sexo estaba vinculado con lo sagrado, fruto de estas extrañezas es un retrato de la vida cotidiana del Antiguo Egipto, por el que creen muy probable que en la mayor parte de familias el sexo no tuviese un carácter íntimo; no, al menos, tal y como lo entendemos ahora. “Las imágenes artísticas que apuntan al coito pero que no lo muestran explícitamente dan la impresión de que el sexo no fuese siempre una cuestión privada, ya que siempre había sirvientes o niños en los alrededores, incluso en la cama”, recuerda la escritora. Las casas de pueblos como Amarna o El Lahun eran tan pequeñas que era difícil pensar que se pudiese disfrutar de ninguna clase de privacidad.
Entre las curiosidades de la vida amatoria de los egipcios que nos pueden chocar desde nuestra perspectiva moderna (y occidental) se encuentra, por ejemplo, la poca importancia que daban a la virginidad, tremendamente ligada al honor en nuestra sociedad. También, la peculiar manera en la que evitaban los embarazos en una especie de anticonceptivos 'vintage': los egipcios emplearon desde el siglo XVI a.C. la resina de la acacia por sus cualidades espermicidas, pero también utilizababn la fruta del árbol junto a miel y dátiles. Desde luego, nunca la anticoncepción fue más sabrosa."
Los egiptólogos e historiadores siguen desconcertados cuando tratan de analizar el antiguo Egipto según cánones actuales, especialmente una pieza los dejó perplejo con el hallazgo de un consolador o vibrador, un "juguete" sexual en forma de falo realizado con el pene de un cachalote tallado. Esto analizado desde un punto de vista funcional parecería decir muy poco pero no así desde el punto de vista de la magia. Resumiendo, el mundo de los antiguos egipcios sigue siendo un completo desconocido donde tenemos una vez más muchas pero muchas más preguntas que respuestas.
Un concepto insólito y desconocido en el antiguo Egipto fue la teogonía o prácticas sexuales entre dioses y humanos, otro tildado como necrofilia por prácticas en el embalsamiento y otro mucho más desconocido como las prácticas de zoofilia, por no mencionar la "prostitución sagrada" de la que seguimos sin tener ni idea, o al menos la explicación oficial solo convence a espíritus poco críticos.