PRIMERA PARTE
Podemos distinguir en ésta primera parte del conjunto varios
símbolos que al engarzarlos a manera de un collar místico nos darán el
sentido coherente de un trabajo específico cuyas manifestaciones
filosóficas se nos ocurren de gran interés para los espíritus
curiosos.
Sobre la parte inferior resalta la imagen del mundo es éste
el pequeño mundo o microcosmos donde el sabio trabaja con la materia
caótica, desordenada, donde los elementos y los principios se
encontraban confundidos entre mezclados, es esta la materia primera o
caos seminal que, bajo la imagen del mundo contiene según la expresión
de Hermes Trismegisto “la fuerza fuerte con toda fuerza”
El mundo es la imagen de la naturaleza la que los antiguos
autores han imitado en su labor, éstos a fin de apartar al aprendiz del
camino del error le han inculcado el consagrarse a ella por que la
naturaleza no actúa mas que en la especie que le es propia, no se
desarrolla ni se perfecciona si no en sí misma sin que ninguna cosa
ajena venga a estorbar en su labor o a contrariar el efecto de su
poder generador, ése poder generador se nos presenta dentro del
terreno alquímico, en su crisol de fundición, es éste el matraz de
vidrio que vemos a su lado. La palabra matraz viene del griego matriz
término igualmente usado por los sopladores y aplicado al recipiente
secreto que sirve para la maduración del compuesto.
Este utensilio esférico tubular lateralmente alude por su
forma a un símbolo fálico. Es sin duda por sólo su materia, el vidrio,
ese mar de vidrio que refiere el Apocalipsis, materia pura entre todas
como lo aseguran los maestros del arte y la que se aproxima más a la
perfección, hacia la margen izquierda se divisan unos libros de
alquimia, algunos de ellos abiertos mientras otros permanecen
cerrados.
Tenemos ante nosotros el conocimiento exotérico y el
conocimiento esotérico, es decir el público y el oculto, éstos libros
cerrados principal objeto de nuestro interés se nos revelan como la
ciencia oculta, la cábala hermética, ella en sí misma es la preciosa
llave que permite abrir la puerta de los santuarios de esos libros
cerrados que son las obras de ciencia tradicional, de extraer su
espíritu y de captar su significado secreto. Mas atrás vemos un
minúsculo templo el cual encierra un enigma considerable, sostenido
por dos columnas que representan al Jakin y Boaz hombre y mujer o
principios seco y húmedo. Descubrimos el emblema de Santiago el Mayor,
la concha marina indicando el principio húmedo de la materia o
mercurio filosofal, pero el profundo sentido que encierra no podría
ser comprendido si descartáramos el baso que está debajo.
En esta vasija hermética que contiene el agua mercurial debe
allí ser cocida y sometida gradualmente a un triple proceso de
purificación. Éste triple proceso lo vemos representado por el fuego
alado que a su vez encierra la imagen del dios de las aguas Neptuno.
Finalmente como remate del fuego un reloj de arena, hace alusión al
tiempo en que la materia debe ser cocida en el mismo baso que la
contiene, merced a un calor uniforme.
El reloj de arena que sirve para medir el tiempo está tomado
como el jeroglífico del tiempo mismo y es considerado como el emblema
principal del viejo saturno, el reloj aparece como el dador de la luz,
la cual no se recibe de un chorro si no poco a poco, progresivamente y
con la ayuda del tiempo, es decir, de saturno. Experiencia, luz y
verdad son sinónimos filosóficos y nada fuera de la edad puede
permitir adquirir la experiencia la luz y la verdad porque el viejo
saturno dispensador de la muerte criba y purifica las sustancias
extrañas al cuerpo primero bajo la imagen del mundo, dentro del mismo
conjunto se posa en la roca y sobre un pedestal mercurio el mensajero
de los dioses, con su caduceo de serpientes y sus pies alados indican
el principio aéreo volátil del compuesto, señala hacia arriba, hacia el
Olimpo, la morada de los dioses de donde salió y a donde debe de
regresar multiplicado en perfecciones.
Mercurio conocido bajo el nombre de Hermes es el intérprete y
mediador entre el cielo y la tierra el es el poder de la palabra, en
términos gnósticos es el logos espermático esparcido por todo el
universo y es precisamente éste el sentido que recoge la alquimia,
identificando a mercurio con la idea absoluta de transformación a
causa de su ilimitada capacidad de penetración. Mercurio es el ánima
Mundi, el alma metálica del caos espermático representado por las
aguas del mar que aparece en el fondo, mercurio, nombre latinizado del
Hermes griego toma su nombre de la palabra BASE, FUNDAMENTO, en
efecto, mercurio es la base y fundamento de la obra solar, pues bien,
dentro de ése caos espermático las potencias de la luz y el anhelo
místico representados por mercurio y las tinieblas y el deseo
pasionario representados por las sirenas que salen de las aguas se
combaten incesantemente dentro del ser humano aquí y ahora.
Habitantes de las islas rocosas y de los arrecifes, las
sirenas atraen a los navegantes para devorarlos, llega a nuestra memoria
la hazaña de Hércules cuando se disponía a abandonar a Circe en sus
rápidas naves, ésta le advirtió de los peligros del viaje y le dijo
especialmente, primero llegaras al país de las encantadoras sirenas
que seducen a los mortales, el imprudente que se aproxime a ellas no
ve llegar jamás el día de su regreso pues las sirenas tendidas en
prados floridos los hechizan con sus armoniosos cantos, a su alrededor
se amontonan los cadáveres de sus víctimas, y así sucedió. Ulises
avistó un islote rocoso donde pululaban unos extraños seres, eran las
sirenas, el embeleso de sus palabras era tal que Ulises no habría
podido resistirlo si atendiendo los consejos de circe no hubiese
ordenado que se le atara al palo mayor de su nave, por lo que respecta
a sus compañeros, les taponó los oídos con cera, en efecto, el mar de
la existencia donde se agitan las tentaciones las sirenas con su
dulcísimo canto atraen a los navegantes del camino secreto para
encantarles e impedir su evolución espiritual haciéndoles caer en el
océano de las aguas inferiores y de las formas nacientes donde se
desenvuelven las multitudes qué como auténticos cadáveres están
muertos para toda iniciativa espiritual, ahora bien, como quiera que
en la naturaleza nada ha sido creado en su estado como última materia
si no en su prima materia según la expresión del propio Paracelso,
éste monstruo simbólico y hermético sirve a su vez para caracterizar
el trabajo con el mercurio por la unión del azufre naciente que es el
pez de la alquimia y del mercurio común llamado virgen. En el mercurio
filosófico, o sal de sabiduría.
Así como la luna obtiene su brillo de la luz del sol éste
monstruo mítico resultante de la unión de una mujer y de un pez indica
la materia mercurial lunar combinada con la sustancia sulfurosa solar.
Obviamente tanto el azufre como el mercurio deben sufrir una
modificación para quedar convertidos en esa última materia y ése
proceso debe llevarse a cabo según el régimen de saturno, es decir no
podría estar ajeno a la muerte, en efecto para el filósofo la
disolución de los metales impuros llamada muerte por los viejos
autores es simplemente la clavija maestra que une el plano material con
el plano divino y se afirma como la primera y más importante de las
operaciones de la obra la que el artista debe esforzarse en realizar
antes que cualquier otra. Sorbella la bendita diosa madre muerte uno
de los cinco aspectos de nuestra madre interior cubierta con un manto
que se confunde con la ladera formada por cráneos humanos petrificados
ostenta el cáliz que contiene la sangre del cordero que lava los
pecados del mundo. Sí de ése mundo interior donde se agitan las
pasiones humanas, los juegos incipientes y todo aquello que forma la
personalidad. Es ésta virgen, una virgen negra como la de las antiguas
catedrales góticas, se le designa con el nombre de Virgo Paritura es
decir la tierra antes de su fecundación. Que pronto será animada por
los rayos del sol. Representa en el simbolismo hermético la tierra
primitiva la que el artista debe elegir como sujeto de su gran obra.
Es la materia prima en estado germinal mineral tal como sale de las
capas metalíferas profundamente enterrada bajo las masas rocosas. A
sus espaldas un castillo fundamentado en la roca. En el sexo como
expresión simbólica de la potencia creadora del Tercer Logos. Ése
castillo está envuelto en nubes que forman un manto nocturno y así es
porque ella trabaja asistiendo al sabio durante las horas nocturnas
cuando el resto de la humanidad descansa, por que el sabio se entrega a
los brazos de su madre muerte precisamente cuando la inercia corporal
se declara. Y la naturaleza termina su labor. Y allí en el trabajo
fecundo con las aguas de vida el sabio comienza su obra y la rectifica
cada día.
El rectificar ésa obra implica de hecho trabajos conscientes
en la novena esfera, recordemos que en términos cabalísticos la novena
esfera tiene su básica representación en los órganos sexuales, pues
bien éstos están regidos por Escorpio el octavo signo zodiacal, es por
eso que descendiendo de una nube y montado sobre un carro con forma
de escorpión un verdugo que blande una espada se dirige amenazador
hacia toda criatura que intente llegar hacia la madre muerte,
obviamente la gran mayoría de los seres humanos se inclinan por el
escorpión y es cuando el hombre pierde la entidad seminal. Mata a la
madre divina como el escorpión.
El carro está tirado por sendos caballos acorazados con alas
membranosas lo que nos da una idea de su carácter siniestro. Ahora bien,
tomando en cuenta que el sexo, es un poder que el ser humano debe
aprender a utilizar sabiamente, si ésta fuerza es dirigida hacia la
destrucción y disolución de las fuerzas pasionarias representadas más
abajo por las sirenas, entonces podemos gracias a la alquimia
embellecer al Baphometo que aparece en el frente del carro, recordemos
así mismo que el temerario Baphometh es desde el punto de vista
alquímico tan sólo un emblema completo de las tradiciones secretas de
la orden empleado sobre todo exteriormente como paradigma esotérico,
sello de caballería y signo de reconocimiento donde se entrelazan las
dos naturalezas básicas de la gran obra, es decir los cuernos del
creciente mar sobre la cabeza solar. Existe una estrecha relación
entre el trabajo sexual y el que se debe realizar con la madre muerte,
y es que ése poder cuando ha sido correctamente polarizado puede
decapitar a la medusa Gorgona como lo hace el héroe Perseo. Perseo
toma su nombre del griego y significa pez del mar rojo, es este el pez
que flota en las aguas del mar de los filósofos. En efecto, Perseo
corta la cabeza de la medusa Gorgona con las armas mágicas que le
entregaron los dioses, y de la sangre que manara de sus heridas nace
entonces el caballo Pegaso. Pegaso en griego toma su nombre de la
palabra fuente porque según se dice hizo brotar de una cose la fuente
de hipotreme, más la verdad es de otro orden. Los ancianos e
intelectuales de la antigüedad poseían todos el conocimiento
hermético, los unos y los otros a fin de acceder a la plenitud del
saber, cabalgaban metafóricamente la yegua, cabal vehiculo espiritual
cuya imagen típica es el Pegaso alado de los poetas helénicos. Sólo él
facilitaba a los elegidos el acceso a las regiones desconocidas y les
ofrecía la posibilidad de verlo y comprenderlo todo a través del
espacio y del tiempo, el éter y la luz. Pues bien, del latín cabalus
significa caballo de carga y éste se relaciona con la cábala hermética
es decir, la lengua de los dioses llamada también gaya ciencia o kay
saber. Sin duda la cábala hermética carga con un peso considerable, la
carga de los conocimientos antiguos y de la caballería medieval,
pesado balaje de verdades esotéricas transmitidas por ella a través de
las edades.
Conocer la cábala es hablar de la lengua de Pegaso, la lengua
del caballo, lengua misteriosa de los filósofos y discípulos de Hermes.
La cábala domina toda la didáctica del ARS NAGNA del mismo modo que
el simbolismo abarca toda su iconografía, arte y literatura ofrecen
así a la ciencia oculta el apoyo de sus propios recursos y de sus
facultades de expresión, de echo pese a su carácter particular y
técnica distinta, la cábala y el simbolismo toman vías diferentes para
llegar a una misma meta y para confundirse en la misma enseñanza, son
las dos columnas maestras levantadas sobre las piedras angulares de
los cimientos filosóficos que soportan el frontón alquímico del templo
de la sabiduría merced a ellos, podemos comprender la síntesis de
ésta primera parte del tríptico que se refiere al trabajo con las
aguas espermáticas a través de la alquimia ciencia traída por mercurio
como mediador y mensajero de los dioses, sólo el puede llevar al
adepto a través de la escarpada cumbre que conduce hasta la liberación
de lo ilusorio, de lo meramente fenoménico, para que pueda al igual
que Berofonte montar al alado Pegaso para ascender al conocimiento
supremo
Parte central
Después de haber estudiado la primera parte del tríptico
comprendemos que éste se refiere al trabajo fecundo de las aguas de la
vida lo que se complementa con la segunda parte en la que resalta en
su centro un árbol de dorados frutos, obviamente éstas son las
manzanas de oro de las Hespérides. En efecto las Hespérides hijas de
Atlante y Hesperis guardaban en un fabuloso jardín en el extremo
occidental del mundo un árbol que producía manzanas de oro. Refiere la
mitología griega que Euristeo ordenó a Hércules fuese a buscar éstas
manzanas.
En el trayecto Hércules midió sus fuerzas con Anteo, el
monstruoso bandido que obligaba a sus víctimas a luchar con el, más
tarde fue atacado por los pigmeos mientras dormía, pero el héroe los
encerró a todos en su piel de león a continuación fue llevado a Egipto
donde el rey Osiris inmolaba anualmente a un extranjero para guardar
al pueblo contra el hambre, Hércules se libera de sus ataduras y mata
al rey y a su hijo. Reemprendió el viaje y pasa por Etiopía donde dio
muerte a Ematión hijo de Titón y lo reemplazó por Medmon, atravesó
luego el mar en una barca de oro que le dio el sol, más tarde, en el
Caucazo abatió con sus flechas al águila que devoraba el hígado de
prometeo y por último llego al jardín de las hespérides, sabiendo que
Hércules mismo es el cristo cósmico quien debe pasar con cuerpo físico
todas las grandes pruebas a que el maestro que lo tiene encarnado es
sometido, todas las grandes hazañas del héroe, deben ser tomadas como
sucesivos trabajos de purificación interior. Hércules el héroe solar a
lo largo de todos sus trabajos mata el águila que devora el hígado de
prometeo y lo libera antes de llegar a las hespérides. Hércules
libera el fuego que otrora estuviera atado a la roca del materialismo,
de la ignorancia y de la fornicación.
Y con el fuego liberado al servicio completo del cristo
cósmico, el héroe llega al jardín donde estaba el árbol de dorados
frutos, éste es el árbol de la vida, pues bien, el término con que se
designa la palabra manzana en griego significa también: “rebaño de
corderos” entendemos de ésta manera que las hespérides eran las
guardianas de los rebaños celestes es decir de los adeptos
autorrealizados, ellas sucumben ante los poderes venusinos de los
iniciados y así le sirven.
Vemos que el árbol está hueco, esto en sí mismo representa a
la naturaleza con la que el sabio debe relacionarse. Dentro del árbol
está Devi Kundalini, nuestra madre natura particular, ella, la divina
princesa sostiene un cáliz que contiene el vino de luz del alquimista y
le aguarda dentro del árbol, dentro de los dominios de la naturaleza.
De nuestra propia naturaleza interior para trabajar con el agua y el
fuego origen de mundos, bestias hombres y dioses.
Ascendiendo por el árbol de la vida el que está estrechamente
unido con el árbol de la ciencia del bien y del mal que es el mismo
poder sexual distinguimos una gran serpiente que asciende victoriosa sí,
el poder ígneo de Devi Kundalini asciende por el árbol de la vida
otorgando los frutos dorados o virtudes del alma. Allí en ése inmenso
árbol con sus cefirotes destaca desde la parte inferior el potencial
generador sexual en el ser humano, éste ha sido representado por una
mujer con extraordinaria fuerza, blande un arco al que tensa con su
flecha apuntando hacia arriba, así mismo esto nos recuerda el arco y
las flechas de shiva en la tierra Dévica, ellos son su vehiculo de
energía como lo es el lingam, el arco al ser tensado, concierne a la
fuerza espiritual, es en definitiva la fuerza de la energía solar y las
flechas sus rayos como potencia fecundante y purificadora la que sube
por el árbol apoyándose en una especie de liana que es el tallo de una
flor de loto de donde emanan flamas ígneas ascendentes y que junto
con el cuerpo de la serpiente forman un caduceo. En efecto, la flor de
loto de 1000 pétalos como coronación sublime del caduceo termina
exactamente en el sexo del personaje central. Éste muestra en sus pies
y manos a manera de estigmas las letras hebreas Iod He Vau He, es
decir hombre, mujer phalo útero. Éste es el nombre secreto de Dios que
al ser unido por la obra de la alquimia se convierte en Jehová, pero
no en el Jehová antropomórfico, si no en el Jehová divinal interior o
sea, en el andrógino divino, el macho hembra de todos los misterios,
sobre la flor de loto descubre una rueda de 8 rayos con el signo del
Yin y del Yang, éste anillo alude a la distribución dualista de las
fuerzas, es el torbellino universal que pone en comunicación a los
contrarios para crear el movimiento constante expresando así los 2
aspectos contrapuestos de la evolución y de la involución como fuerzas
equilibrantes, la rueda envuelta en fuego se encuentra a la altura del
plexo solar, indicando las fuerzas solares en acción y el fuego que
crea y vuelve nuevamente a crear, a los costados los 4 animales
simbólicos de la alquimia que representan los 4 elementos, en la parte
inferior vemos un águila que representa al elemento aire, al toro que
simboliza a la tierra, sobre ellos un león que alegoriza al elemento
fuego y un ángel que alude al agua. Ésta rueda de fuego como principio
generador está simbolizada en los arcanos del tarot por la rueda de
la fortuna y el logo de los alquimistas, la serpiente que en aquel
trance gnóstico se devora su propia cola.
Alquímicamente, ésta rotación de la rueda alude al doble
fuego según la expresión de Irineo Filadeteo, enigmático alquimista del
siglo XVII. Es, dice el adepto, el primer agente que hace girar la
rueda y mover el eje, cuando el fuego secreto de la alquimia sexual,
el azufre, destruye mortifica y recompone en un nuevo cuerpo a la
materia primera gracias a la acción del homo, éste se eleva
gradualmente con la ayuda de las multiplicaciones hasta la perfección
del fuego puro o azufre exaltado del lado o de la forma del inmortal
fénix, así, el obrero fiel servidor de la naturaleza. Adquiere el
conocimiento sublime y la gloria de figurar entre los discípulos de
Elías. De ésta manera, nuestro fénix viene a unirse con Horus el
íntimo, bajo la forma de un halcón, éste se desprende como una lágrima
del ojo de RA, el cristo cósmico, desde el centro de un fuego que
alegoriza a las tres fuerzas del universo como unidad indivisible,
éste fuego está rematado por la corona de la vida, en efecto, ésta
corona de la vida es la corona del anciano de los días, de Kether. En
sí misma, ésta corona representa el poder de las fuerzas creadoras del
universo conocidas como el padre, el hijo y el espíritu santo, y esto
nos recuerda aquel versículo del Apocalipsis de san Juan que dice: “no
temas en nada lo que has de padecer, he aquí el diablo echará a
algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados y tendréis
tribulación por diez días, sé fiel hasta la muerte y yo te daré la
corona de la vida”.
En lo alusivo a Kether, a manera de candelabro de tres luces.
Distingamos también un tupido velo que se desliza desde la parte
superior. Éste es el velo del misterio el que al rezagarse, descubre la
sabiduría del padre entre las nubes del misterio y del esoterismo, es
decir, del conocimiento oculto, columnas de ángeles vienen a adorar y a
servir al señor de perfecciones, pero sabemos por revelación en la
experiencia, que antes de subir, es necesario bajar, a cada exaltación
le precede una humillación, éste es el trabajo con nuestras propias
tinieblas, la ignorancias a causa de la multiplicación egoica
representada por los siniestros personajes, yoes psicológicos que se
arrastran por el lodo de nuestra psicología personificando la
lascivia, la ira, el odio, el rencor, la envidia, los adulterios, los
vicios, las tentaciones, el orgullo y todo aquello que arrastra al
alma por la rueda fatal del samsara fenoménico. Ciertamente el
obstinado ego de vida en vida, repite siempre sus dramas, comedias y
tragedias embotellando el alma de toda la humanidad.
Resalta manifiesto su carácter tenebroso en las apéndices u
órganos que descendiendo desde el átomo del cóccix se precipitan hacia
los abismos, los vemos con rostros demudados de ira o de lascivia,
algunos copulando, o con temor asociándose, o disociándose etc. Éstos
son el mercurio seco de la alquimia, los demonios rojos de Seth como
se les conocía en el antiguo Egipto, que salen de su cueva o guarida
que es nuestra propia mente, ése edificio destruido, carcomido por el
tiempo, decrépito, petrificado en innumerables ayeres en donde
distinguimos también a una sirena que sigue a un centauro, el ser
fabuloso que desde el punto de vista simbólico constituye la fuerza
inferior que predomina, la fuerza cósmica no dominada por el espíritu,
los impulsos instintivos e inconscientes.
Una vez que Hércules hubo llegado al jardín de las hespérides
debió enfrentarse allí al dragón Ladón que impedía el acceso al
interior del mismo. En efecto, vemos al dragón Ladón custodiando el
árbol mítico, éste es el eterno combate que mantiene el héroe solar
con sus propios trasfondos psicológicos. Recordemos que Jasón, san
Jorge, san Miguel, Sigfrido, Horus y otros vencen antes de instruir a
los hombres bajo la luz del sol el dragón de las tinieblas que
personifica el poder del fuego negativo o azufre arsenicado, según la
expresión alquimista. Así se nos presenta el mito del dragón encargado
de la custodia del famoso vergel y del legendario vellocino de oro,
basta con indicar que el dragón se elije como representante del
jeroglífico de la materia mineral bruta con la cual se debe comenzar
la gran obra. Volvemos a encontrarnos con nuestro caos espermático, es
decir, con las aguas de vida, encargadas de vigilar el recinto
maravilloso en que los filósofos van en busca de sus tesoros, el
dragón pasa por no dormir jamás, sus ojos ardientes permanecen
constantemente abiertos. No conocen reposo ni lasitud y no sería capaz
de vencer el insomnio que le caracteriza y que le asegura su verdadera
razón de ser, esto es por otra parte lo que expresa el nombre griego
que lleva y que se relaciona con el sentido de ver, mirar y por
extensión vivir, lo que caracteriza la idea de que duerme con los ojos
abiertos.
La lengua primitiva nos revela que a través de la envoltura
del símbolo el pensamiento de una actividad intensa de una vitalidad
perpetua y latente encerrada en el cuerpo mineral de nuestro caos
seminal. Los mitólogos llaman a nuestro dragón Ladón. Vocablo cuya
asonancia se aproxima a latón cuyo sentido griego se refiere a estar
escondido, desconocido, ignorado como la materia de los filósofos. En
efecto, recordemos que los antiguos maestros del arte hermético
repetían incesantemente: “Quema tus libros y blanquea el latón”. Así
vemos bajo la imagen del latón la piedra angular de la gran obra al
baphometh o lucifer. El latón contiene cobre, el cobre está regido por
Venus y éste es la estrella de la mañana, nos encontramos ante el
emblema principal de la gran obra, el aspecto general y la fealdad
reconocida del dragón expresa fielmente la materia bruta del sujeto de
los sabios la que se encuentra claramente indicada por su epidermis
escamosa, semejantes son los colores por lo que se atraviesa, pues la
materia es negra, impura al comienzo, puntuada de rojo o amarillo como
el dragón de que es imagen. En cuanto a la cualidad volátil del
mineral, el mercurio bruto, la vemos traducida por las alas membranosas
de que el monstruo está previsto y por que vomita según se dice fuego y
humo y porque su cuerpo acaba en cola de serpiente, los poetas por
éstas razones lo han hecho nacer de tiphaón y de gibna, el término
griego tiphaón proviene de tiphón, nace exactamente del tiphón egipcio
que significa llenar de humo, alumbrar, abrazar, gibna no es más que
la víbora, deducimos así que nuestra materia viene despreciada por la
humanidad fornicaria la que vemos en un segundo plano obtiene de
tiphaón su naturaleza cálida ardiente y sulfurosa mientras que debe a su
madre su complexión fría y húmeda con la forma característica de los
ofidios o su figuración monstruosa pero expresiva, comprendemos que el
tiphón baphometo que tanto atemoriza a las multitudes es el enviado
del demiurgo y único guardián de los frutos herméticos. Nosotros
mismos le hemos dado su fealdad y a nosotros nos toca embellecerlo. La
lucha contra el dragón es tremenda y quien lo vence en el sexo, lo
vence en todos los aspectos así el trabajo reside en blanquear la
piedra llamada latón, quitarle la fealdad que le caracteriza, hasta
darle forma cúbica perfecta. Así los pocos en el mundo que luchan por
su autorrealización son los que se deciden a trabajar en el seno de su
naturaleza interior. Los vemos con sus cuerpos lunares, es decir sin
haber logrado aún el nacimiento segundo, con sus túnicas obscuras y
sus lámparas apagadas, o lo que es igual, con el fuego interno sin
desarrollar, todos tienen la pesada carga del sueño en sus rostros y
el cáliz aún no brilla. Ellos están penetrando en el seno de la tierra
filosófica que es nuestro cuerpo físico para trabajar con el fuego y el
agua, pero tratemos de penetrar en éste enigma alumbrados con la luz
del esoterismo. Comencemos por destacar que la gran obra solar en
términos cabalísticos estaba grabada en la tabla de esmeralda
atribuida a Hermes Trismegisto, algunos pretenden que éste testimonio
de la ciencia sagrada escrito primitivamente en griego fue descubierto
después del diluvio en una gruta rocosa del valle de Ebrón. Éste
detalle desprovisto de toda autenticidad nos ayuda a comprender el
significado completo de esa famosa tabla que muy bien podrían no haber
existido fuera de la imaginación sutil de los viejos maestros. Se dice
que la tabla estaba esculpida en esmeralda, deducimos así que ésta se
refiere por su color al mercurio verde que sirve para los tres
factores de la obra por lo que es calificado de triple recibiendo el
nombre de trismegisto el tres veces grande o sublime en el arte del
magisterio añadido al nombre de Hermes la tabla de esmeralda toma así
el carácter de un discurso pronunciado por los sabios acerca de la
manera como se elabora la obra filosofal dentro del laboratorio del
cuerpo físico o tierra filosófica.
El texto de la tabla de esmeralda muy conocida por los
discípulos de Hermes dice en aquellas palabras célebres: “Es verdad sin
mentira cierto y muy verdadero lo que está abajo es como lo que está
arriba y lo que está arriba es como lo que está abajo, por éstas cosas
se realizan los milagros de una sola cosa y como todas las cosas son y
proceden de uno por mediación de uno, así todas las cosas han nacido
de ésta cosa única por adaptación, el sol es su padre la luna es su
madre, el viento la ha llevado en su vientre, la tierra es su nodriza y
su receptáculo el padre de todo el thelema del mundo universal, está
aquí, su fuerza o potencia permanece íntegra, si es convertida en tierra
separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo espeso suavemente con
gran industria asciende de la tierra y desciende del cielo y recibe la
fuerza de las cosas superiores y de las inferiores, tendrás por éste
medio la gloria del mundo y toda oscuridad huirá de ti, es la fuerza
fuerte con toda fuerza, pues vencerá toda cosa sutil y penetrará toda
cosa sólida, así ha sido creado el mundo, de ahí saldrán admirables
adaptaciones cuyo método se da aquí, por eso he sido llamado Hermes
Trismegisto pues tengo las tres partes de la filosofía universal. Lo
que he dicho de la obra solar es completo. Así se descubre ante nosotros
el trabajo que los alquimistas llevan a cabo en las entrañas de la
tierra para extraer los minerales que necesitan para la obra solar, a
través de incesantes purificaciones los adeptos salen con sus
vestiduras sagradas de lino fino que es la túnica de los maestros, en
la mano portan el fuego y ya no tienen rostros por que han muerto para
el mundo y han nacido para dios. Ellos se dirigen hacia el árbol para
ofrecer a la bendita madre kundalini el fruto de su trabajo que tan
penosamente han realizado con las aguas de vida hasta purificarlas,
simbolizadas por el lago tranquilo que se aprecia al fondo,
comprendemos así que la parte central del tríptico, se refiere al
trabajo con la destrucción de la condición egoica que hoy tiene la
humanidad, y a la obra alquímica con las aguas caóticas en el
laboratorium oratorium del tercer logos dentro de nuestra tierra
filosófica como paso previo para que la estrella de cinco puntas, el
pentagrama esotérico, es decir el hombre autorrealizado resplandezca
en el aura del universo.
TERCERA PARTE
Por si fuera parte del jardín de las delicias se descubre
ante nuestra mirada en pacífico regocijo la imagen de una hermosa dama
que medio cubierta con una túnica expresa un carácter virginal. Hija
de Zeus y Diana la bella Afrodita aparece siempre en primer plano.
Afrodita, la diosa más bella del Olimpo representa el amor entre los
humanos, su nacimiento es sumamente significativo, cuando el audaz
Cronos, por instigación de su madre Gea consumó la mutilación de su
padre Urano, arrojó al mar los despojos, éstos quedaron flotando en la
superficie de las aguas, en la que se formó una blanca espuma de la
que nació Afrodita. Ella nace del agua en el vientre de una concha
marina, en efecto, esto nos recuerda la concha marina de Santiago de
Compostela, magnifico emblema de as aguas mercuriales, la que el
apóstol ostenta en su sombrero nos encontramos más precisamente ante
el sujeto mineral de la realización alquimista, ante el alma metálica
del caos espermático. Afrodita nace en el mar y del cuerpo de Urano,
es decir de Ur-Anas, el señor del agua y el fuego. Sustancia mineral
que brota de las aguas de vida que en inagotable manantial corren a su
lado. Un jaguar sentado a su diestra realza su naturaleza divina,
recordemos que Afrodita era para los griegos lo que Venus para los
romanos, Venus-Afrodita como mensajera del planeta del amor se expresa
a través de su hijo Eros o Cupido al que vemos al fondo en un
templete de 10 columnas. Eros porta su arco y sus flechas con la que
incita al amor. La misión específica de Eros es la de coordinar los
elementos constitutivos del universo aportando armonía al caos y
permitiendo la vida al alcanzar su desarrollo, la fuerza de Eros
trabajando intensamente desde lo más profundo de la energía cristico
sexual del ser humano, le prepara conduciéndole a la unión con su
alma. Y así es representado el eterno amor divinal de Eros y Psiqué
que bajo la égida de Venus afrodita les conducen hasta el Olimpo, la
morada de los dioses. Eros, personificación mítica de la concordancia y
del amor, es por excelencia el señor, el maestro eterno de la obra,
él solo puede concebir el acuerdo entre enemigos a los que un odio
implacable empuja sin cesar a devorarse entre sí. En efecto, solo Eros
puede, a través de su pacífica mediación, integrar, unir al rey y a
la reina herméticos. El azufre y el mercurio, el fuego y el agua. Con su
rostro cubierto por las ramas de un árbol dando la idea de que es
indefinible. Júpiter Zeus, el cristo cósmico, el padre de todos los
dioses, sostiene en su diestra los atributos que le son conferidos
como señor de la luz universal, principio y fin de todo lo creado, y
de lo fenómenos celestes: viento, lluvia, tempestad, trueno,
relámpagos. Éstos se refieren a los tres elementos creadores o alas
tres fuerzas primaras del universo, positivo, negativo y neutro, lo que
los indostaníes definieran como las tres gunas: satwa, rajas y tamas.
¿Por qué ha sido representado en el mármol, en la piedra? Por
que él mismo es la piedra filosofal la piedra que desecharon los
edificadores del templo al no trabajar con la energía cristico solar de
su caos seminal. ¿Cómo podrían en verdad los seres humanos llegar
hasta el Olimpo, la morada de los dioses si no trabajaran en los
augustos misterios del lingam-yoni? Éstos han sido representados por
la pequeña fuente de la que se yergue un obelisco en punta piramidal,
es éste un símbolo fálico que los egipcios han tallado tantas veces en
sus metrópolis, es también, por su forma, símbolo del rayo solar, por
su materia se integra en el simbolismo general de la piedra, está
relacionado con la ascensión solar y la luz como espíritu penetrante. A
causa de su posición erecta y de la punta piramidal en que remata.
A su lado y al pie de loa escalinata reposa la copa, el gomor
el baso hermético tantas veces citado en los textos alquimistas o en
definitiva en el cáliz sagrado de todos los misterios, el grial, el baso
cosmogónico de Platón, la copa de Hermes y de Salomón. Así ambos al
pié de la mística escala son el fundamento cierto de la gran obra, la
escala conduce hasta el padre, el anciano de los días de la cábala
hebraica, Keter.
A su extrema izquierda distinguimos un globo coronado por una
cruz., la esfera marca el sentido de la eternidad, de la totalidad.
Por su forma está en estrecha relación con la sustancia del
alma, es decir, la quinta esencia en torno a las esferas concéntricas de
los 4 elementos, éste es en fin el caos de la creación donde los
elementos y los principios, las tinieblas y la luz se encontraron
confundidos, entremezclados, así en términos alquimistas, nos hallamos
una vez más frente a la primera materia bajo la figura del mundo que
contiene en sí los materiales que forman el globo hermético o
microcosmos. Éste globo reflejo y espejo del microcosmos, no es más
que una paralela del caos primordial, destinado por la voluntad divina a
la relajación elemental en los tres reinos, así, destinado a la
evolución de los minerales alquímicos ése caos convertido en cuerpo
contiene confusamente la más pura semilla. La materia filosofal de
origen metálico, allí en ése pequeño mundo, el artista de la gran
obra, busca el mercurio, el alma metálica del esperma sagrado.
El anciano de los días porta en su diestra a la manera de
cetro, una vara de la que brotan algunas hojas dando a entender su
aspecto fecundante.
Éste es sin duda un símbolo fálico. En su mano izquierda un
cántaro del que se esparcen sobre la tierra fecundada, las aguas de la
vida. Cuando el adepto ha pasado por la purificación total de ésas
aguas de vida, resplandece en su interior la gema preciosa de la
castidad representada aquí por el unicornio con expresión de la
sexualidad sublimada. Ésta tercera y última parte refiere en síntesis a
los trabajos finales de la gran obra gnóstica, cuando el adepto
trabaja en la esfera sublime del amor puro rodeado por la fuerza de
Eros y de Afrodita.
Sube entonces por la mística escala integrándose con Júpiter
Zeus hasta las cimas inefables del pleroma donde descansa la inmanencia
del padre solar.